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Nov 07, 2023
¿Te has encontrado alguna vez en un laberinto de letras y etiquetas, intentando comprender los matices entre «queer» y «LGBT»? Es como navegar por un vibrante laberinto de espejos, lleno de tonos y matices siempre cambiantes.
Recuerdo haber sentido la misma curiosidad. Las preguntas eran muchas, ¿pero las respuestas, en cambio? No tanto.
«Queer» y «LGBT», ¿no son todos sinónimos? Bueno… no del todo. Cada término tiene su propia identidad, tan diversa como los colores de la paleta de un artista. Sin embargo, se entrelazan maravillosamente en un arco iris de inclusividad.
En esta exploración, diseccionaremos estos términos hasta sus raíces, derribaremos mitos que a menudo enturbian la comprensión, profundizaremos en la interseccionalidad dentro de estas comunidades y veremos cómo las identidades han influido en la sociedad en general.
Así que, ¡prepárate! Estamos a punto de sumergirnos juntos en un viaje esclarecedor. ¡Va a ser todo un viaje!
El término LGBT significa Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transexuales. Este acrónimo engloba una amplia variedad de orientaciones sexuales e identidades de género.
Cada letra de este acrónimo representa a un grupo distinto dentro de la comunidad. La «L» es de lesbianas: mujeres que se sienten atraídas por otras mujeres. A continuación viene la «G», que significa hombres homosexuales, es decir, hombres que se sienten atraídos por otros hombres.
La «B» representa a los individuos bisexuales que experimentan atracción hacia ambos sexos. Por último, la «T» simboliza a las personas transexuales, aquellas cuya identidad personal no se corresponde con el sexo asignado al nacer.
En un esfuerzo por ser más inclusivos y representar experiencias diversas más allá de estas cuatro categorías, a menudo vemos que se añaden letras adicionales como Q (Queer o Questioning), I (Intersexual), A+ (Asexual más otros).
El mérito es de Vivian Wagner, de la revista Time, por arrojar luz sobre cómo ha evolucionado nuestra comprensión de la sexualidad a lo largo del tiempo, lo que ha dado lugar a siglas ampliadas como LGBTQIA+. Esto pone de manifiesto la creciente aceptación y reconocimiento por parte de la sociedad de diversas identidades ajenas a las normas tradicionales.
Nota: «Queer» aquí no es simplemente otro sinónimo, sino que tiene un significado propio y único que discutiremos más adelante.
A menudo, el término «queer» se malinterpreta como una etiqueta más de orientación sexual o identidad de género. Pero es mucho más que eso. Queer es radical y político.
«Queer», en esencia, desafía la categorización; abraza la fluidez por encima de las identidades fijas. Es una rebelión contra las normas sociales y las expectativas sobre quiénes deberíamos ser.
A diferencia de LGBT -acrónimo acuñado por los activistas de los derechos LGBT-, queer se centra en cuestionar las visiones binarias del sexo, el género y la sexualidad.
La comunidad LGBTQIA+ ha luchado durante mucho tiempo contra las normas opresivas, y su historia de activismo se remonta muy atrás en el tiempo. Cuando oigas a alguien identificarse como «queer», debes saber que está haciendo una declaración audaz, una llamada no sólo a la aceptación, sino también a la igualdad y a la liberación.
Las identidades de las personas son increíblemente variadas. Algunas personas se sienten más a gusto con el término «queer» que con «LGBT». ¿Por qué?
El término «marica » puede ser muy apropiado para quienes no encajan claramente en las categorías tradicionales de género u orientación sexual. Esta etiqueta les permite liberarse de las normas sociales y expresar su yo único.
En cambio, el acrónimo «LGBT», que significa lesbianas, gays, bisexuales y transexuales, existe desde la década de 1980. Ofrece un paraguas que cobija varias identidades, pero no siempre cubre a todos cómodamente.
Con el tiempo, hemos visto añadidos como la Q (de queer o cuestionador), la I (intersexual) y la A+ (asexual y más allá) para abarcar aún más la diversidad, transformándola en LGBTQIA+. Pero aún así, algunos individuos encuentran consuelo bajo el amplio estandarte de «marica».
El término «marica», que en su día se utilizaba como argot peyorativo contra las sexualidades no normativas, ahora es acogido con orgullo por muchos miembros de nuestra comunidad. Esta adopción significa liberación; se trata de decir: «Estamos aquí y no vamos a ninguna parte».
Los términos «queer» y «LGBT» suscitan a menudo confusión, dando lugar a un mar de ideas erróneas. Uno de esos mitos es que «queer» sustituye a LGBT o LGBTQIA+. En realidad, queer sirve como término paraguas, que engloba diversas identidades no definidas estrictamente por el binario.
Un error común que comete la gente es pensar que estas etiquetas son intercambiables. Pero aunque ambos reconocen identidades no heteronormativas, sus matices difieren enormemente. «Queer» tiene peso político; es un grito de liberación de las normas sociales.
En cambio, cada letra de «LGBTQIA+» representa orientaciones sexuales e identidades de género específicas: lesbiana, gay, bisexual transgénero, cuestionador/queer, intersexual y asexual/aromántico/agénero, respectivamente, además de otras personas que no se sienten representadas dentro de este acrónimo.
Otro concepto erróneo es que todas las personas del espectro no binario prefieren «queer» a «LGBT», lo cual no siempre es cierto. Algunos encuentran empoderamiento en identificarse con letras concretas de LGBT o su forma ampliada (como LGBTTQQIAAP), apreciando la especificidad. Esto demuestra lo personal que puede ser el lenguaje en torno a la identidad.
Acabar con los mitos no sólo es instructivo, sino que también fomenta el respeto entre comunidades diversas, porque la comprensión allana el camino hacia la aceptación.
El término interseccionalidad, acuñado por Kimberlé Crenshaw, describe cómo se entrecruzan diversas identidades sociales. Es un concepto crucial cuando se habla de las comunidades queer y LGBT.
¿Por qué? Porque las personas no tienen una sola identidad. Por ejemplo, alguien puede identificarse como lesbiana pero también ser latina o discapacitada. Estas identidades múltiples no están separadas; están interconectadas y se influyen mutuamente.
La identidad racial influye significativamente en las experiencias de las personas queer y LGBT. Según el Instituto Williams, las disparidades raciales persisten en estas comunidades debido al racismo sistémico.
El estatus socioeconómico de una persona también puede influir en su experiencia. Estudios como los del Proyecto LGBTData muestran tasas de pobreza más elevadas entre determinados subgrupos de estas comunidades debido a la discriminación y los prejuicios.
Para apoyar realmente a todos los miembros, es importante que tengamos en cuenta la interseccionalidad más a menudo en nuestras conversaciones sobre la homosexualidad o sobre formar parte de la comunidad LGBTQIA+, porque todas las voces importan.
Entablar un diálogo respetuoso sobre las identidades queer y LGBT no sólo está bien, sino que es esencial. Fomenta la comprensión y la aceptación. Pero, ¿cómo podemos hacerlo bien?
En primer lugar, empecemos por reconocer que la experiencia de cada persona es única. Cuando alguien se identifique como homosexual o como parte de la comunidad LGBT, recuerda que refleja su trayectoria personal.
Reconoce tus prejuicios: sí, todos los tenemos. Desaprender las normas sociales lleva tiempo, pero ser conscientes nos ayuda a evitar las suposiciones.
También debemos comprender que el lenguaje importa enormemente cuando se habla de identidades. Ten cuidado de no abusar de términos como «gay» o «transexual». Una búsqueda rápida en Internet puede proporcionar definiciones precisas si es necesario.
En las conversaciones en torno a cuestiones queer y LGBT, utilizar un lenguaje inclusivo es crucial porque las palabras conforman las percepciones.
La influencia de las identidades queer y LGBT es significativa. Desde las artes a la política, estas identidades han dado forma a nuestro mundo de maneras de las que no siempre nos damos cuenta.
En los medios de comunicación, la representación ha sido una poderosa herramienta de visibilidad. Programas como Sense8 o películas como Retrato de una dama en llamas, con sus personajes diversos, rompen los estereotipos.
Se cuentan historias más auténticas porque los propios creadores se identifican como homosexuales o forman parte de la comunidad LGBT. Sus experiencias vividas hacen que las narraciones sean más ricas y realistas.
El activismo LGBT ha desempeñado un papel vital en la configuración de las sociedades de todo el mundo. Acontecimientos como los disturbios de Stonewall desencadenaron movimientos por los derechos civiles que continúan hoy en día: las campañas que exigen la igualdad ante la ley reflejan el legado de esta lucha.
El trabajo de organizaciones como la Campaña de Derechos Humanos (HRC ) ejemplifica los esfuerzos continuos hacia la justicia y la aceptación.
Los cargos electos que se identifican como queer o forman parte de la comunidad LGBT dan poder político a las voces marginadas. Estas personas luchan contra las leyes discriminatorias al tiempo que promueven políticas que fomentan la inclusión.
Este impacto va más allá de las fronteras: un efecto dominó que conduce a sociedades más inclusivas en todo el mundo.
Desentrañar la diferencia entre queer y LGBT ha sido un viaje, ¿verdad?
Hemos visto cómo «LGBT» es un acrónimo en constante evolución. Cada letra tiene su propio peso, pero juntas forman un tapiz de diversidad.
Por otra parte, «Queer» se aleja de las etiquetas para abarcar un amplio espectro de identidades. Desafía el statu quo y fomenta el respeto para todos.
Pero recuerda: el respeto es primordial al navegar por estas aguas. Utiliza tu nueva comprensión para promover la aceptación y la inclusión en todos los ámbitos de la vida.
La influencia es profunda en las comunidades LGBT y queer, ya que influye en la cultura, la política, las artes… ¡lo que quieras!
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